Por Stefy García Tumino
Saber
qué tipo de piel tienes es un must porque
en esto vas a basar toda tu rutina de belleza. Así que no esperes más y ¡descúbrelo!
Normal:
¡Sin problemas! Está hidratada, pero libre de grasas. No tienes acné ni
resequedad. No se irrita ni enrojece fácilmente.
Puedes usar casi cualquier producto. Te recomiendo los que en el envase digan “piel normal” ya que los que son para otro tipo de pieles tienen ingredientes que no necesitas y puede ser que tu piel se acostumbre a ellos y cuando no los uses vengan los problemas.
Puedes usar casi cualquier producto. Te recomiendo los que en el envase digan “piel normal” ya que los que son para otro tipo de pieles tienen ingredientes que no necesitas y puede ser que tu piel se acostumbre a ellos y cuando no los uses vengan los problemas.
Seca: Se siente acartonada y tirante. Se ve opaca y puede descamarse
fácilmente.
¡Hidratación, hidratación, hidratación! Y ésta empieza desde adentro, así que asegúrate de tomar de un litro y medio a dos litros de agua por día. Usa productos para piel seca o reseca, que tienen hidratantes y emolientes que le devolverán el agua a tu piel y la dejarán luminosa y suave.
¡Hidratación, hidratación, hidratación! Y ésta empieza desde adentro, así que asegúrate de tomar de un litro y medio a dos litros de agua por día. Usa productos para piel seca o reseca, que tienen hidratantes y emolientes que le devolverán el agua a tu piel y la dejarán luminosa y suave.
Grasa: tienes problemas de brillo y / o acné en todo el rostro. Por lo general,
te salen barritos y puntos negros en cualquier zona de la cara. Sin importar la época del año o el clima, la
grasa en tu piel hace que brilles (y no precisamente como una super star), especialmente en la zona “T”.
Usa productos libres de aceite, esto evitará que tus poros se sigan tapando. Hay muchos que están hechos a base de agua y te darán lo que necesitas sin maltratar tu piel. Evita ponerte cualquier cosa que tenga alcohol, porque reseca e irrita. Ten especial cuidado con la limpieza y bájale a la comida grasosa.
Usa productos libres de aceite, esto evitará que tus poros se sigan tapando. Hay muchos que están hechos a base de agua y te darán lo que necesitas sin maltratar tu piel. Evita ponerte cualquier cosa que tenga alcohol, porque reseca e irrita. Ten especial cuidado con la limpieza y bájale a la comida grasosa.
Mixta:
Grasa en la zona “T” (frente, nariz y mentón) y seca en las demás partes del
rostro. Tienes la combinación de dos tipos de piel, así que deberás tratar de
manera diferente a cada zona. En las partes grasas usa un astringente sin
alcohol y en las secas hidrata con un humectante ligero. Los productos diseñados
para pieles mixtas son tu mejor opción, así no tendrás que comprar doble.
Sensible: muy delicada y propensa a enrojecimientos e irritaciones. Debes
consultar con tu derma antes de probar cualquier nuevo producto (y visitarlo
mínimo una vez al año). De preferencia
que todo lo que uses esté diseñado para pieles sensibles, pues contienen
ingredientes muy suaves y nutritivos para evitar cualquier tipo de reacción y enrojecimiento.
Además del tipo de piel, debes identificar cuál es su edad para saber qué propiedades y beneficios necesitas en los productos que usas.
Piel
joven: (20’s y 30’s) A esta edad, tu piel está ¡in-cre-í-ble! Así que lo que
uses deberá ser para PREVENIR cualquier tipo de problema, como manchas, arrugas
o imperfecciones y mantenerte siempre joven y radiante.
Piel
de edad mediana: (40’s y 50’s) Si te cuidaste desde una temprana edad,
seguramente tu piel estará en muy buenas condiciones, pero si no, aún estás a
tiempo. Necesitas productos para disminuir la apariencia de manchas y retrasar
la aparición de arrugas y líneas de expresión.
Piel
madura: (60’s y +) A esta edad es normal que hayan surgido algunas arrugas y
líneas de expresión. Lo que necesitas son productos que combatan directamente
estos problemas para disminuirlos al máximo y que te sigas viendo tan bien,
como cuando tenías quince.
¿Ya ubicaste cuál es tu tipo de piel? Perfecto. Estás lista para empezar a planear tu rutina de belleza ideal. Acuérdate de que entre más pronto empieces, mas rápido obtendrás resultados y verás cambios... yo que tú ¡corría!
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